La hospitalidad de la amistad: Encontrando caminos para estar juntos

En cierta ocasión, Alain Badiou estaba sentado entre el público de una de mis conferencias, cuando su teléfono móvil (que, para colmo, era el mío: se lo había prestado) de pronto empezó a sonar. En lugar de apagarlo, me interrumpió amablemente y me preguntó si podía bajar la voz, para poder oír mejor a su interlocutor… Si eso no es una demostración de verdadera amistad, no sé qué puede serlo. Así, pues, este libro está dedicado a Alain Badiou.
Slavoj Žižek, En defensa de la causas perdidas.

Generalmente, uno nunca recuerda cómo es que nace la amistad, cuándo se hacen los amigos. Después de estar, de hablar, de frecuentar, de compartir, por estas o por aquellas razones, aparecen situaciones, complicidades, acertijos que hacen que la amistad acontezca. Lo más usual es que no se note cuando sucede. Lo cierto es que en algún momento, se necesita definir ese estar junto, y es cuando se nombra, se dice: “eres mi amigo”, “somos amigos”, “voy a estar dónde un amigo”. Los amigos, esa gran familia de heterogéneos, son los que acompañan, apoyan, guían los caminos, conocidos o desconocidos, que uno decide recorrer.

Ocurre que en la amistad, la relación o el reconocimiento en el otro, es necesaria. Y para los que ahora estamos y compartimos nuestro estar en la universidad pública del departamento del Tolima –cuya sede principal se encuentra en la ciudad de Ibagué–, es necesario encontrarnos para conocernos, para acompañarnos. Necesitamos crear estados de amistad que nos permitan estar juntos.

‘Juntos’ quiere decir la simultaneidad (in, simul): el ‘al mismo tiempo’. Estar juntos es estar al mismo tiempo (y en el mismo lugar, que en sí mismo es la determinación del ‘tiempo’ como ‘tiempo contemporáneo’. El ‘mismo tiempo/mismo lugar’ supone que los ‘sujetos’, por así llamarlos, comparten ese espacio tiempo –pero no en el sentido extrínseco del ‘reparto’: es necesario que ellos se repartan, se lo ‘simbolicen’ como el ‘mismo espacio-tiempo’, sin lo cual no habría ni tiempo ni espacio. (Nancy, Jean-Luc. Ser singular plural).[1]

Es por eso que, desde el Colectivo de Investigación en Arte y Cultura – CIAC, se hace la invitación a hablar de la hospitalidad y de la amistad, para estar en conjunción y en sincronía con los desafíos, que desde el mismo contexto colombiano, se deben hacer para pensar que, como seres humanos debemos reflexionar sobre las condiciones en las que estuvimos, estamos y estaremos, juntos.

En la amistad nos hospedamos.

[1] Citado por: Déotte, Jean-Louis. (2003). La época de los aparatos. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora. Pág. 177. 

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